Las autoridades rusas han anunciado que la pareja Mig-31BN y el misil 9-S-7760 Kinzhal (Daga en ruso) participaría en la edición 2019 del concurso Aviadarts que tendrá lugar durante los Juegos Militares Internacionales en Dubrovichi, Rusia, a partir del 10 de agosto. La misión de ambos será simular el ataque a una batería de misiles antiaéreos enemiga utilizando el nuevo misil hipersónico ruso.
El misil 9-S-7760 Kinzhal fue presentado por primera vez en 2018, durante las elecciones presidenciales rusas, por el presidente saliente Vladimir Putin, durante una entrevista televisiva durante la cual presentó varias de las "nuevas armas estratégicas" desarrolladas por el país: el planeador hipersónico Avangard, El torpedo oceánico Stratus-6, el misil de crucero nuclear Burevestnik y el misil hipersónico aerotransportado Kinzhal. Pero fue cuando, dos meses después, aparecieron las primeras fotos que mostraban un Mig2 modificado llevando el nuevo misil que la amenaza se hizo mucho más presente en Occidente.
En efecto, derivado del misil Iskander, el Kinzhal puede alcanzar, según las autoridades rusas, objetivos a más de 2000 km de su punto de lanzamiento a gran altura, así como a una velocidad de Mach10, manteniendo al mismo tiempo una capacidad de maniobra para evitar las zonas de eficacia de los sistemas antimisiles en la fase de tránsito. Por lo tanto, en el estado de las tecnologías occidentales, el misil es imposible de detener con los sistemas antimisiles actuales (THAAD, Patriot, SM3, Mamba, etc.) o en despliegue (PAC-3, SM6, Aster Block1NT, etc.), creando una situación única desde la década de 50: la pérdida de iniciativa de las fuerzas aéreas occidentales en Europa.
De hecho, hasta ahora, el poder aéreo de los países de la OTAN y sus aliados hacía posible que plantearan una amenaza permanente a los sistemas militares rusos, que entonces eran incapaces de afrontarla de forma eficaz. La entrada en servicio del Kinzhal otorga a Rusia, por primera vez, una capacidad de ataque tan profunda y efectiva. Además, asociado con la muy moderna defensa antiaérea y antimisiles multicapa que ahora tiene Moscú, las capacidades de respuesta o ataques profundos de la OTAN se ven en gran medida socavadas.
Las fuerzas occidentales, ya sean europeas o estadounidenses, no anticiparon la rápida entrada en servicio de este equipo, como tampoco anticiparon la próxima entrada en servicio del Avangard (2020), el misil hipersónico antibuque Tzirkhon (2021/22) y el Stratus-6 (2024). A partir de entonces, y durante al menos 5 a 10 años, Rusia podrá beneficiarse de una situación de sorpresa estratégica en el Teatro Europeo, debido a su capacidad de atacar las fuerzas e infraestructuras en lo más profundo de su sistema, protegiéndose al mismo tiempo. de ataques de respuesta, a pesar de que tiene una fuerza blindada significativamente mayor en número que la de las fuerzas presentes en Europa.