En marzo de este año, la Cancillería alemana y el Ministerio de Defensa confirmaron el próximo pedido de 35 aviones de combate F-35A de la americana Lockheed-Martin para llevar a cabo misiones nucleares compartidas en el marco de la OTAN, con el fin de sustituir al Tornado. dedicada a esta misión desde finales de los 80 dentro de la Luftwaffe, así como una quincena de Typhoon, en versión de guerra electrónica y supresión de las defensas antiaéreas enemigas, con el fin de sustituir a los Typhoon ECR aún en servicio. Este anuncio se hizo en el marco de la dotación de 100 millones de euros anunciada el 27 de febrero tras la ofensiva rusa en Ucrania, y pretendía subsanar las carencias más críticas de la Bundeswehr. La lista de programas que se financiarán con esta ganancia presupuestaria inesperada fue impresionante, desde la modernización de vehículos blindados hasta el establecimiento de un escudo antimisiles, incluidos aviones de combate, helicópteros pesados, submarinos y fragatas adicionales.
Desde entonces, el fuelle ha caído un poco al otro lado del Rin. Por un lado, casi 10 meses después de su anuncio, ninguno de los programas que se financiarán con la dotación especial se ha puesto en marcha realmente, mientras que el aumento del presupuesto de defensa a más del 2 % del PIB alemán, también anunciado el 27 de febrero, parece que va a tardar mucho más de lo esperado. La lista de programas a financiar ha sido, por su parte, depurada de varios de ellos, particularmente en el ámbito naval, mientras que la inflación y la realidad de costos mayores a los inicialmente previstos, obligan al Ministerio de Defensa a dolorosos arbitrajes. Este es el caso del famoso Typhoon ECR, para reemplazar al Tornado ECR, en particular para abrir el camino a los F-35A armados con la bomba nuclear NATO B61, destruyendo las defensas antiaéreas y bloqueando el radar del oponente.

De hecho, aunque inicialmente el programa se iba a basar en una versión específica del Typhoon y en equipos de guerra electrónica de nueva generación, de hecho se basará en los Typhoon existentes y, sobre todo, en bloqueadores y guerra electrónica ya disponibles, a fin de reducir costes y tiempos de desarrollo. Este anuncio es una gran decepción, tanto para la Luftwaffe como para los industriales alemanes, los primeros sabiendo muy bien que la adición de bloqueadores y misiles anti-radiación al Typhoon no lo convertirá en un dispositivo de guerra electrónica estrictamente hablando, los segundos viendo I + D vuelan contratos que probablemente habrían sido en gran parte recuperables, especialmente en el ámbito internacional.
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