Realmente cabe preguntarse por los objetivos perseguidos por Estados Unidos frente a la OTAN. De hecho, mientras Ankara firmó un acuerdo de alto el fuego con Moscú y el presidente Erdogan subrayó la profundidad de la cooperación turco-rusa, y desplegó mil fuerzas especiales para evitar que los refugiados tenaces que cruzan a Grecia sean rechazados por las autoridades griegas, James Jeffrey, alto representante de los Estados Unidos para Siria, pidió formalmente a los europeos que adopten una posición más conciliadora con respecto a Turquía. Este último también llamó a los europeos a desplegar unidades para aumentar la seguridad de las fuerzas turcas, como la batería española Patriot desplegada en la base aérea de la OTAN de Incirlik, argumentando sobre el papel preponderante que desempeña el Turquía en la lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.
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