Si bien las noticias recientes han demostrado que la defensa antiaérea occidental podría ser derrotada por una combinación de misiles de crucero y drones que vuelan a baja altura, uno de los principales temores de las autoridades militares estadounidenses en un futuro próximo es ver una de sus bases aéreas, o una de sus centros logísticos, sería víctima de un ataque perpetrado por un enjambre de drones, contra el que estaría casi indefenso. Esto es lo que llevó a la Fuerza Aérea de los EE.UU. a desarrollar, a través del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, el sistema THOR, para respuesta operativa táctica de alta potencia, un generador de microondas direccional integrado en un contenedor tradicional de 20 pies, y que puede ser transportado rápidamente por un avión C-130 o un helicóptero CH47.
Me gusta del programa del ejército estadounidense Recientemente confiado a Raytheon como parte del programa IFPC, el THOR puede generar pulsos de microondas de alta energía en un área determinada del espacio cercano y destruir todos los circuitos eléctricos y electrónicos de los sistemas allí ubicados, mediante la aparición de enjambres de drones. El objetivo es obviamente eliminar un gran número de drones a la vez, para reducir la eficacia del ataque coordinado, y dejar que los sistemas de destrucción individuales, como el sistema láser HEL TVD, se encarguen de eliminar a los pocos supervivientes. .
Desarrollado en 18 meses y con un presupuesto de 15 millones de dólares, el THOR permite a la Fuerza Aérea estadounidense responder al riesgo creciente de que se produzcan ataques de este tipo en sus bases exteriores, especialmente en Oriente Medio. Las autoridades rusas indicaron así, en un comunicado de prensa publicado la semana pasada, que los sistemas TOR M1/2 y Pantsir S2 desplegados alrededor de la base aérea de Hmeymim y del puerto de Tartous, en Siria, se habían enfrentado a más de 200 ataques con drones en dos años. No hay duda ahora de que las bases estadounidenses más expuestas podrían ser el objetivo de este tipo de ataques, con un número cada vez mayor de drones y patrones de ataque cada vez más elaborados.
Este tipo de amenaza afecta también a las fuerzas europeas desplegadas en África y Oriente Medio, como las estacionadas en Mali, Jordania, Irak o Emiratos Árabes Unidos. Por lo tanto, el desarrollo de emergencia de un sistema similar, sobre la base de los programas de defensa europeos y que reúna a los países que contribuyen a estas intervenciones, podría resultar una iniciativa más que sensata, antes de que se vea obligada por los dramáticos acontecimientos actuales.