Menos de un tercio del equipamiento de defensa alemán está disponible

Mientras el presidente Trump continúa haciendo declaraciones rotundas sobre Europa y Alemania sobre la debilidad de su inversión en defensa, en vísperas de la próxima cumbre de la OTAN, un informe del Ministerio de las Fuerzas Armadas alemán reforzará el sentimiento de falta de inversión en el esfuerzo de defensa alemán. De hecho, según él, sólo 1/3 del material de defensa principal del ejército alemán estaría realmente disponible en el primer semestre de 2018, de los cuales la mayoría de su flota de cazas compuesta por Typhoon y Tornados, su flota de submarinos con 6 Tipo 212 en el muelle y más de dos tercios de sus 300 Leopard 2. Y hay que reconocer que las cifras hablan por sí solas: 65 aviones de combate de 220, 40 helicópteros de 190, menos de un tanque de cada 2, una fragata de cada 3 y ninguno de los seis submarinos alemanes está disponible.

Pero, si se analiza más detenidamente, los problemas de disponibilidad están lejos de estar vinculados únicamente a cuestiones presupuestarias. En cuanto a Gran Bretaña, de la que sólo 1,5 de sus 6 destructores antiaéreos Type45 estarán disponibles en el primer semestre de 2018, el problema parece más ligado a un impago por parte de proveedores privados que a simples fallos de crédito. En Alemania, como en Gran Bretaña y Francia, la palabra clave de la última década fue la asociación público-privada y el uso de proveedores de servicios privados para tratar de ahorrar en el gasto de defensa. 

Se trataba de olvidar que, a diferencia del personal militar y civil de Defensa, cuya misión prioritaria es, o debería ser, ofrecer la máxima disponibilidad, las empresas civiles buscan sobre todo hacer márgenes. Y para ello, evidentemente, es necesario reducir al máximo las capacidades disponibles, como por ejemplo el stock de repuestos. Evidentemente, este cálculo podría ser más dudoso, sobre todo porque mientras los militares sólo tienen en cuenta el coste real de esta masa en la nómina, las empresas privadas deben pagar más impuestos y cargas sociales mucho más altas. 

En otras palabras, el uso de APP no es relevante para hacer frente a una necesidad recurrente a largo plazo, porque la nómina privada es mayor, y no es relevante para hacer frente a picos de actividad, por definición muy operativa y, por tanto, que requieren personal militar. Y la situación actual demuestra que las ganancias de productividad al pasarse al sector privado no están al nivel esperado. Habiendo vivido varias veces, en escuadrones y flotillas, en contacto con el personal técnico de la aeronáutica naval, debo decir que no imagino, en el sector civil, una productividad superior, ni siquiera equivalente.

Quizás sería bueno plantear las ecuaciones adecuadas y estudiar en detalle los fundamentos del paradigma PPP aplicado a la Defensa.

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