El grupo de expertos estadounidense Mitchell Institute ha llevado a cabo varias simulaciones que ponen de relieve el valor añadido que aporta una gama ampliada de drones de combate al combate colaborativo moderno, en particular para enfrentarse a un adversario simétrico con potentes sistemas de denegación de acceso, como es el caso de China.
Las conclusiones del grupo de expertos arrojan una luz interesante sobre el programa Rafale F5, que se basa en un único dron de combate pesado del tipo Loyal Wingmen, y no en una gama de drones complementarios, como el que mostró mejores resultados durante las simulaciones en el teatro taiwanés.
Resumen
Anuncios en serie de programas de drones de combate de Loyal Wingmen en Occidente
El anuncio, por parte del Ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, del desarrollo de un dron de combate derivado del Neuron, para apoyar la Rafale El F5, desde principios de la próxima década, constituyó uno de los puntos destacados de la Ley de Programación Militar 2024-2030.
Este dron pesado pero sigiloso, que cumplirá el papel de Loyal Wingman para el Rafale, brindará a las fuerzas aéreas equipadas con él capacidades avanzadas para suprimir las defensas enemigas, colmando una de las raras deficiencias de los aviones de Dassault Aviation.
Sin embargo, Francia no fue la única que emprendió esa trayectoria. Alemania, Gran Bretaña y especialmente Estados Unidos también han emprendido programas similares, ya sea para aumentar el rendimiento de Typhoon y F-35, o para acompañar a futuros aviones de combate de los programas GCAP y NGAD.
Precisamente para evaluar el papel que podrían desempeñar estos drones, en caso de un conflicto importante, El grupo de expertos estadounidense Mitchell Institute realizó varias simulaciones sobre el escenario taiwanés..
Según las conclusiones publicadas, si los drones pueden realmente desempeñar un papel decisivo a la hora de contener la superioridad numérica y la denegación de acceso de China, es sin embargo esencial, para lograrlo, disponer de una amplia gama de drones con capacidades complementarias.
Lecciones de las simulaciones estadounidenses en Taiwán
Las simulaciones estadounidenses se basaron en una gama particularmente amplia de drones, que van desde drones de combate pesados y furtivos, que cuestan más de 40 millones de dólares por unidad, con un potencial importante y que no pueden ser sacrificados, hasta drones que cuestan sólo uno o dos millones de dólares y se utilizan para saturar las defensas y podría perderse fácilmente.
Las diversas simulaciones han demostrado que el efecto óptimo, frente a los importantes recursos que posee el Ejército Popular de Liberación, se logra cuando el número de drones económicos y, por tanto, prescindibles, es muy elevado, mientras que los drones de alto rendimiento funcionan a idénticas, o casi, a aviones de combate pilotados.
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