Con motivo de la Conferencia Naval de París, celebrada hace unos días, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas francesas, general Thierry Burkhard, defendió la relevancia y eficacia del portaaviones en la guerra naval moderna.
Apoyando la decisión de sustituir el Charles de Gaulle por el portaaviones nuclear de nueva generación, PANG, en 2038, la CEMA ha elaborado una lista no exhaustiva de las diferentes capacidades exclusivas de este buque, de su grupo aéreo a bordo y de su escolta. , que van desde romper una negación de acceso a la comunicación geopolítica, pasando por la transformación de la geometría de un espacio de crisis o conflicto.
Resumen
El hecho es que, si bien el portaaviones sigue siendo objeto de numerosas críticas, también está dotado de capacidades operativas, tecnológicas y políticas que lo convierten en una herramienta incomparable a disposición de los estados mayores y de las autoridades políticas, que puede justificar fácilmente su existencia, pero que , al mismo tiempo, plantean dudas sobre la necesidad de un segundo barco para garantizar la permanencia de estos mismos capacidades consideradas únicas y esenciales...
Demasiado vulnerable, demasiado caro... La relevancia del portaaviones puesta en duda (de nuevo)
En los últimos años, la relevancia del portaaviones ha sido cuestionada con frecuencia, tanto en Francia como en Estados Unidos, incluso dentro de los ejércitos. Para sus detractores, el portaaviones es hoy una herramienta obsoleta, demasiado vulnerable para representar un activo operativo. Esta percepción se ha visto incrementada con la aparición de los misiles balísticos antibuque, o AShBM, como los chinos DF-21D y DF-16, y especialmente el misil hipersónico antibuque ruso 3M22 Tzirkon.
Presentados como imparables por algunos, estos nuevos misiles serían capaces de alcanzar un objetivo importante, como un portaaviones o un gran barco anfibio, a varios cientos o incluso miles de kilómetros de distancia, sin que sea posible protegerse de ellos. él.
Además, las inversiones necesarias para diseñar, construir e implementar un portaaviones moderno, su grupo aéreo embarcado y su escolta de fragatas, destructores, buques logísticos y submarinos, podrían, según sus detractores, emplearse mucho mejor en otras áreas. , también bajo tensión.
Las cuestiones relativas al arbitraje presupuestario tienen una legitimidad evidente, el portaaviones es ante todo una herramienta con una importante dimensión política, y es a nivel político donde debe ser arbitrado, para decidir si es preferible tener un GAN operativo, o cinco o seis escuadrones de cazas, y los escuadrones de apoyo que los acompañan. Francia y Gran Bretaña aceptan este sacrificio. Otros no lo hacen.
Por otra parte, la cuestión de la supuesta vulnerabilidad del portaaviones frente a nuevas amenazas no es un problema. Por supuesto, han aparecido nuevos misiles antibuque. Sin embargo, sus prestaciones constituyen, de hecho, sólo una evolución de las prestaciones que tenían ciertos misiles más antiguos, en particular los misiles antibuque supersónicos soviéticos, que evolucionaron más allá de Mach 1 en tránsito y de Mach 3 o 4 en ataque final.
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