Con el regreso de posibles enfrentamientos entre grandes potencias, los ejércitos estadounidenses están hoy en proceso de cambio. Este se caracteriza por el lanzamiento de un gran número de programas de Defensa con un modelo y presupuesto más limitados, y plazos más cortos, rompiendo así con los programas faraónicos de los años 2000 como el destructor Zumwalt o el caza F-35.
Pero, sobre todo, por primera vez en 30 años, Estados Unidos se enfrenta a adversarios potenciales capaces de movilizar fuerzas apoyadas en tecnologías potencialmente equivalentes, a veces superiores, a las suyas. Por lo tanto, era necesario que las fuerzas armadas estadounidenses adaptaran sus doctrinas de combate, marcadas por 20 años de contrainsurgencia y guerras híbridas.
Para ello, el Estado Mayor estadounidense se apoya en un ámbito que domina mejor que nadie: el intercambio de datos y la cooperación en red. Esta nueva doctrina, denominada operaciones multidominio, se basa en la capacidad de conectar e intercambiar datos de varias redes, con el fin de cooperar y optimizar las acciones de las fuerzas terrestres, aéreas, navales, espaciales y cibernéticas, estén o no en el teatro de operaciones.
El corolario de esta doctrina es el compromiso cooperativo, que permite a varios actores de combate implementar medios complementarios para maximizar el resultado. El ejemplo típico es utilizar una fragata que detecta una amenaza y dirige el misil disparado por otro barco.
Pero Estados Unidos no es el único que explora las posibilidades que ofrecen estos nuevos paradigmas. Así, la defensa antiaérea rusa, compuesta por varias “capas” de protección, está ahora integrada en una única red que permite asignar los mejores medios en función de las amenazas, permitiendo hacer frente de forma coordinada a todos los aviones. Helicópteros, misiles de crucero y drones que pueden saturar un sistema de defensa más tradicional.
Los países europeos también están trabajando para desarrollar redes que permitan operaciones multidominio y compromisos cooperativos. Pero, como siempre, estamos desarrollando casi tantos sistemas como países.