Como cada año, la publicación del informe del SIPRI sobre el gasto en defensa de las potencias mundiales da lugar a numerosas interpretaciones a través de artículos de prensa y numerosos comentarios más o menos informados.
Como mencionamos recientemente, si la publicación de estos presupuestos, tal como los presenta el SIPRI, tiene un interés sintético, su uso trivial, para deducir una supuesta relación de fuerzas militares, es muy cuestionable, por no decir engañoso. No sorprende, en este sentido, que estas cifras sean utilizadas principalmente por Rusia y China, para respaldar su propia narrativa, y no por todas las potencias militares del mundo.
Es en este contexto que el American Enterprise Institute for Public Policy Research, o AEI, un grupo de expertos estadounidense no partidista (sin afiliación política), publicó recientemente una metodología destinada a transformar este presupuesto facial en un presupuesto más probablemente compensado. ser indicativo de la evolución del equilibrio de poder.
Sus conclusiones son, como tales, si no sorprendentes, al menos perfectamente claras. De hecho, según sus investigadores, el gasto chino en defensa, para el año de referencia 2022 aquí utilizado, sería más de tres veces superior al presupuesto nominal indicado por Pekín y asumido por el SIPRI. Sobre todo, estarían casi perfectamente alineados con el presupuesto de defensa estadounidense de ese mismo año.
Resumen
La engañosa comparación del gasto en defensa entre potencias militares mundiales
Como se menciona en el artículo “ ¡Comparar los presupuestos de defensa de los países es un grave error! Es por eso… » del 23 de abril, la comparación inducida por la publicación anual del SIPRI del presupuesto de los ejércitos mundiales, es a menudo ineficaz, a veces menos, completamente engañosa.
De hecho, para dar una forma homogénea al documento resumen, el SIPRI lo pasa por varios filtros, incluida la armonización de estos presupuestos en dólares americanos, que no tiene en cuenta numerosos factores económicos, sociológicos y políticos que rodean el uso de estos presupuestos.
El ejemplo convincente que se toma en este artículo es el de Corea del Norte. De hecho, su presupuesto anual de defensa de 0,96 millones de dólares no es en absoluto representativo del poder militar del país, que cuenta con un ejército de 1,3 millones de hombres, 5000 tanques y 2500 sistemas de artillería, además de sólo unas cincuenta ojivas nucleares.
Incluso compensado por la paridad del poder adquisitivo aplicada al PIB de Corea del Norte, alcanzó sólo 3 millones de dólares, una vez más, desproporcionadamente con la realidad del poder militar del país. Recuerde que Corea del Sur gasta 14 veces este presupuesto compensado por la paridad del poder adquisitivo, y aún debe depender de los 28 soldados estadounidenses y del paraguas nuclear de Washington para protegerse.
Entendemos, en estas condiciones, hasta qué punto no tiene sentido la simple comparación del gasto en defensa entre países basados en realidades económicas, tecnológicas e industriales muy diferentes, para deducir cualquier conclusión relevante sobre la evolución del equilibrio de poder militar.
El modelo de cálculo compensado del presupuesto de defensa chino del think tank AEI
En este contexto, el grupo de expertos estadounidense American Enterprise Institute for Public Policy Research (AEI) se ha comprometido a sentar algunas bases en materia de un modelo de cálculo compensado permitiendo, de hecho, dotar a estos datos presupuestarios de un potencial de interpretación más realista.
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