Italia se está dotando de los medios, pero está luchando por encontrar el ejército para sus nuevas ambiciones de defensa.

El aumento de los créditos destinados a la defensa había sido uno de los compromisos de campaña de Giorgia Meloni, con la ambición declarada de llevar el esfuerzo de defensa italiano al 2 % a finales de la década, frente al 1,51 % en 2023. Y, de hecho, hablando con el Senado a principios de esta semana, la ahora Primera Ministra del país ha confirmado que pretende aplicar estrictamente sus compromisos de campaña en este ámbito, y ello de forma perfectamente abierta y asumida. Se refería aquí al aumento del presupuesto de los ejércitos otorgado por la anterior coalición que se hizo de la manera más discreta posible, para evitar las críticas de la Iglesia católica italiana, entonces muy opuesta. Es cierto que desde entonces, la situación internacional ha evolucionado significativamente con el regreso de la guerra en Europa, las tensiones chino-estadounidenses en el Pacífico y la multiplicación de puntos de tensión que amenazan muchos intereses europeos e italianos.

Los ejércitos italianos están regresando de lejos. Así, en 2015, la tercera economía de Europa continental, no dedicó ni el 1% de su PIB a sus ejércitos, con un presupuesto de defensa de poco más de 13 millones de euros. Sin embargo, a diferencia de sus homólogos franceses o británicos, los ejércitos italianos disponían entonces de un presupuesto dedicado a adquisiciones, el equivalente en Francia de los Major Effects Programs, relativamente amplio desde entonces alcanzando los 4,87 millones de euros, donde Francia, por ejemplo, disponía de un presupuesto de 31,4 euros. mil millones, de los cuales sólo 5 mil millones de euros se dedicaron al PEM, es decir, un esfuerzo industrial sobre el presupuesto de defensa del 15,9 % en Francia frente al 37,5 % de Italia. Es cierto que en este ámbito Roma puede contar con dos características propias del país. El primero se relaciona con la construcción del presupuesto italiano, ya que el gasto en equipamiento del Ministerio de Defensa es igualado por el Ministerio de Industria. Así, de los 4,87 millones de euros en créditos de equipo para los ejércitos en 2015, solo 2,37 millones de euros fueron pagados por el Ministerio de Defensa, el resto, es decir, 2,5 millones de euros, fue financiado por el Ministerio de Industria, para apoyar la industria de defensa italiana. actividad.

Si este primer punto es una clara ventaja tanto para los ejércitos como para la industria de defensa italiana, el segundo representa, por otro lado, una desventaja muy severa, hoy y en el futuro. De hecho, como todos los ejércitos occidentales profesionalizados, los ejércitos italianos luchan por reclutar. Con algo más de 160.000 soldados activos, el país se mantiene proporcionalmente cerca de los 207.000 soldados franceses frente a su población de 60 millones. Por otro lado, una proporción importante de estos soldados rechaza posiciones restrictivas, como el embarque a bordo de fragatas, y la proyección de fuerzas. De hecho, hablando a los parlamentarios italianos, el Jefe de Estado Mayor de la Marina Militare, el almirante Enrico Credendino, confirmó que hoy no podía proporcionar una tripulación completa a la totalidad de sus fragatas, precisando a modo de comparación que la Marina francesa tenía dos tripulaciones rotativas por buque, lo que les otorga una disponibilidad mucho mayor en el mar la Marina francesa, y no toda la flota.


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