Herederas de una tradición británica, las fuerzas armadas indias son completamente profesionales, y los soldados indios generalmente firman un contrato a muy largo plazo en el momento del alistamiento, hasta 17 años para los rangos inferiores. Para el gobierno de Modi, esta situación parecía problemática, ya que se trataba de mantener una fuerza de 1,4 millones de soldados profesionales, cuya nómina sigue aumentando mientras se eleva el nivel de vida en el país. Al igual que las fuerzas armadas occidentales profesionales, Nueva Delhi ha decidido implementar una nueva política de reclutamiento para sus fuerzas armadas, con un contrato inicial de 4 años ofrecido a los jóvenes reclutas y una extensión del contrato para solo una cuarta parte de los soldados que han llegado al final de éste, para establecer una efectiva pirámide de edades y rangos, pero sobre todo para rejuvenecer la plantilla, y reducir significativamente el peso de la nómina militar.
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