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Un motor americano-italiano para el Eurodrone, una herejía industrial y tecnológica

28 Marzo 2022

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Durante varios meses, el programa europeo de drones de mediana altitud y larga duración, o MALE, que reúne a Francia, Alemania, Italia y España, estaba en suspenso a la espera de la luz verde presupuestaria de Madrid y la elección final de su solución de propulsión. Aunque España confirmó hace unas semanas su participación financiera, la elección anunciada por Airbus DS del motor Catalyst, fabricado en Italia por Avio Aero pero diseñado en Estados Unidos por General Electric, en detrimento del motor Ardiden 3TP de la francesa Safran, generó un profundo descontento en la industria de defensa francesa.

El turbohélice Catalyst, con una potencia de 850 a 1.600 CV y una masa inferior a los 300 kg, juega en la categoría de los famosos PT-6 de la estadounidense Pratt&Whitney, que se ha consolidado en este segmento desde hace unos treinta años, al tiempo que ofrece un rendimiento y capacidades avanzados vinculados a su diseño moderno. Para Airbus DS, el hecho de que el Catalyst esté en proceso de certificación a finales de año, y que ya haya sido elegido para equipar el monomotor Beechcraft Denali, fue un argumento clave en términos de gestión de riesgos, mientras que el Ardiden 3TP de Safran, a pesar de su ascendencia completamente europea, no puede presumir de tal estado de progreso. Además, según la italiana Avio Aero, el Catalyst sería 100% libre de ITAR, lo que significa que todos sus componentes no están sujetos a las Regulaciones de Tráfico Internacional de Armas, o ITAR, lo que potencialmente permite que los Estados Unidos se opongan, por ejemplo, un contrato de exportación. A pesar de los argumentos esgrimidos por Airbus DS y Avio Aero, esta elección es muy cuestionable y va mucho más allá de la preferencia nacional que se podría suponer por un sitio de noticias de origen francés.