¿La cooperación franco-alemana en torno al FCAS preocupa a los países de Oriente Medio?

Los países del Golfo Pérsico y sus aliados en Oriente Medio han sido clientes leales de la industria de defensa francesa durante varias décadas y, en particular, de los aviones de combate de Dassault Aviation. Así, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y su aliado Egipto han encargado entre ellos 170 aviones Rafale, es decir, casi el 60% de las exportaciones registradas hasta la fecha de este avión, tras haber encargado 100 Mirage 2000, es decir, el 35% de las exportaciones de este modelo. Más arriba, Irak había sido el cliente más importante de Dassault para su Mirage F1 después de la Fuerza Aérea, y Egipto el usuario más importante del Mirage 5. Para estos países, al igual que para India y, más recientemente, Indonesia, los modelos de aviones de combate franceses tienen muchas ventajas, más allá de sus capacidades operativas, lo que les permite formatear sus fuerzas aéreas en torno a los cazas estadounidenses o rusos, lo que implica importantes limitaciones políticas, así como los aviones franceses, siendo París mucho más neutral en este ámbito.

Es precisamente este punto el que parece, hoy, preocupar a los clientes tradicionales de la industria aeronáutica de defensa francesa, sobre la cooperación franco-alemana en torno al programa SCAF. Dentro un artículo publicado en ForeignPolicy.com, el eminente especialista británico en materia aeronáutica, Richard Aboulafia, se hace eco precisamente de estas inquietudes. Según él, mientras Estados Unidos tiene una fuerte tendencia a geopolitizar sus contratos de armas, en particular frente a los países de Medio Oriente, Francia siempre ha sido capaz de seguir un camino pragmático que permite a estos países crear países homogéneos y resilientes. fuerzas Aereas. Por su parte, Alemania ha mostrado, en las últimas décadas, una fuerte propensión a integrar arbitrajes morales en sus exportaciones de defensa bajo la presión de su opinión pública, lo que ha socavado en gran medida el pedido de un nuevo tramo de Typhoon para Arabia Saudí en 2019. Y no hay indicios de que Berlín cambie su tabla de análisis sobre el programa SCAF.

Antes del pedido de 80 Rafale, los EAU también habían pedido 68 Mirage 2000-9 de Dassault Aviation

En otras palabras, según el experto aeronáutico, la cooperación franco-alemana en torno al programa SCAF podría llevar a París a aislarse de la salida tradicional más importante para su industria aeronáutica de Defensa, los países de Oriente Medio, mientras que estos últimos tendrán que recurrir a otras soluciones, abriendo potencialmente el camino a un acercamiento con Moscú o Pekín, al menos en estas áreas. Señalamos a este respecto que Abu Dhabi había mantenido activas hasta hace poco sus negociaciones con Moscú en torno a un programa de cazas ligeros de nueva generación, razón por la cual Sukhoi no se desespera por vender su jaque mate Su-75 a Emiratos Árabes Unidos, en un contexto de tensiones con Estados Unidos en torno a la adquisición del F-35.


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