Desde la intervención turca en el norte de Siria en 2019, varios países europeos, incluida Alemania, han embargado equipos y tecnologías de Defensa que pueden ser utilizados por los ejércitos turcos en este conflicto. Esta decisión dio un golpe a uno de los programas insignia de la industria de defensa turca, el tanque de batalla pesado Altay, así como al propio presidente Erdogan, quien es el promotor más importante del esfuerzo de defensa industrial sin precedentes en Turquía. De hecho, el Altay tuvo que embarcar, al menos en la primera serie, un motor y una distribución de origen alemán, a la espera de la llegada de una solución nacional fiable.
De hecho, el programa se detuvo en seco, y ninguno de los Altay que se entregarían a los ejércitos turcos en 2020 se completó, ni se tanques de este tipo comandados por el aliado qatarí. Sin embargo, parece que el problema está en camino de resolverse, según un comunicado de BMC, que produce el Altay, que anunció a principios de esta semana que había llegado a un acuerdo con Corea del Sur para equipar el tanque turco con un motor Doosan de 1500 hp y una transmisión automática S&T Dynamics, los mismos que deberá equipar el nuevo tanque surcoreano K2 Black Panther. Según BMC, el contrato final deberá firmarse en los próximos dos meses y cubrirá la entrega y la asistencia en la integración del motor y la transmisión automática a bordo del Altay, lo que permite esperar la entrega del primer ejemplar en 2 meses.
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[…] decir estancamiento, a la espera de una solución nacional altamente improbable, y más probablemente el progreso de Corea del Sur en esta área. Su entrada en servicio, inicialmente prevista para 2018, está prevista ahora para […]