Desde la última reunión virtual entre el presidente francés Emmanuel Macron y su homóloga alemana Angela Merkel la semana pasada sobre los programas de cooperación en defensa entre Francia y Alemania, parece soplar un viento de pánico en Francia, tanto del lado industrial como del político. . De hecho, el Canciller alemán, con motivo de esta reunión, indicó quepretendía renegociar una vez más la distribución industrial en torno al programa Air Combat System of the Future FCAS que reúne a Francia, Alemania y España. Más precisamente, ahora quiere que la industria alemana también desarrolle uno de los prototipos del programa NGF (Next Generation Fighter), una tarea que hasta ahora había sido asignada a Dassault Aviation.
Por supuesto, esta declaración creó un gran revuelo en el lado francés, sobre todo porque llega en un momento en el que la financiación del programa está ahora suspendida con el acuerdo del parlamento alemán, el Bundestag, en un calendario muy ajustado, y con la amenaza de un cambio de mayoría en Alemania durante las elecciones legislativas este otoño. Para agregar a la ya gran presión, al final de la semana pasada, Empleados de Airbus Defence & Space, la empresa en la que Berlín cuenta para pilotar el programa FCAS en el país y que ya está desarrollando el Eurofighter Typhoon, publicó un llamamiento en el mismo sentido que el Canciller, para “preservar el conocimiento estratégico de la empresa”.
El resto de este artículo es solo para suscriptores
En las Suscripciones clásicas proporcionar acceso a
todos los artículos sin publicidad, desde 1,99 €.
Suscripción al boletín
Regístrese para el Boletín de metadefensa para recibir el
últimos artículos de moda diario o semanal