Como muchos países europeos, Suecia había reducido drásticamente sus inversiones en defensa tras el colapso del bloque soviético, pasando del 2,57% de su PIB en 1990 a solo el 1% en 2015. Las fuerzas armadas son ellas mismas , aumentó de 65.000 hombres a 16.000 en 2012. Con el auge del poder militar ruso a partir de 2010, y especialmente la anexión de Crimea, que jugó el papel de detonante en la opinión pública y la clase política sueca, el país ha comenzado a reconstruir su herramienta de Defensa, en particular reduciendo la fuerza de sus ejércitos a 30.000 soldados a partir de 2014, y otorgando un pequeño pero constante aumento de créditos a partir de 2016. Ahora, el país quiere emprender una recapitalización marcado con sus ejércitos, con un plan para aumentar el gasto de defensa en un 40% para 2025, y la fuerza de 30.000 hombres para llegar a 60.000 soldados.
Este plan, que aún no ha sido avalado por el Parlamento sueco, va acompañado de un deseo de cambiar la muy caótica planificación militar que el país conoce desde 1990. De hecho, a partir de esa fecha, el presupuesto del ejército, al igual que la cantidad y los recursos asignados a las fuerzas armadas, han experimentado inmensas variaciones de un año a otro, con disminuciones anuales notablemente significativas en 1993, 1997, 2001,2009 y 2015, e incrementos igualmente marcados en 1996 , 2003 y 2010, obstaculizando gravemente la capacidad de planificación de las Sedes, que no pudieron adaptarse a tales variaciones y la falta de planificación a medio plazo.
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