Unos días antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el presidente Trump parece estar usando todo su poder para acelerar el procedimiento relacionado con la venta del caza F35A en los Emiratos Árabes Unidos, a pesar de la renuencia del Congreso y el Pentágono, así como de Israel. Pero esta prisa también allana el camino para la acción del Congreso, con consecuencias potencialmente más amplias que solo vender a los Emiratos, o incluso a otros países de Oriente Medio.
De hecho, dos senadores demócratas, el muy activo senador de Nueva York y presidente del Comité de Asuntos Exteriores Bob Menéndez, y la senadora Dianne Feinstein de California, propusieron un proyecto de ley el 20 de octubre que obligaría al ejecutivo a cumplir con ciertos criterios firmes en materia de autorizaciones de exportación el buque insignia de la industria de la aviación estadounidense, ya que se exportaría fuera de los Aliados y Aliados Directos de la OTAN, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda e Israel. Entre los criterios anunciados, la obligación de conferir a Israel, pero también a los demás aliados, aviones más eficientes que los aliados “secundarios”. Este enfoque ya se había considerado para los EAU, con la posible entrega de dispositivos "menos sigilosos" que los entregados a Jerusalén.
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