El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había logrado sobrevivir a las acusaciones de corrupción política y al manejo ampliamente disputado de la crisis de Covid, pero parece que el trato dado a los Estados Unidos para vender cazas F35A, La guerra electrónica EA-18G Growler y Reapers drones en los Emiratos Árabes Unidos a cambio de una normalización de las relaciones entre los dos países bajo la égida de Donald Trump, fue la gota que colmó el vaso de que la opinión pública, y especialmente la clase política israelí no lo perdonará.
Aunque lo niegue, todo indica que la firma del "histórico acuerdo de paz" entre Jerusalén y Abu Dabi, hace dos semanas, dio lugar a negociaciones "discretas", habiendo dado garantías el Primer Ministro Netanyaou a su contraparte estadounidense que Israel no pondría en juego la cláusula conservativa legal que prohíbe a Estados Unidos vender armas a países que podrían dañar la seguridad del estado hebreo. Hasta ahora, los sucesivos primeros ministros israelíes siempre se han opuesto a los Emiratos Árabes Unidos, pero también a Qatar, Omán, Kuwait y Arabia Saudita, por no adquirir equipos de defensa más eficientes que los que están en servicio en el país. Ejércitos israelíes, a pesar de sus relaciones con Washington.

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