El lanzamiento de la empresa conjunta entre el estadounidense Boeing y el brasileño Embraer sería uno de los principales eventos del año en el mundo aeronáutico. En reacción a la fusión entre Airbus y el Bombardero canadiense, la empresa conjunta estadounidense-brasileña debía permitir a Boeing completar su gama de aviones civiles con ERJ y E-Jets diseñados por Brasil. Para hacerse cargo del 80% de la empresa conjunta, Boeing habría tenido que pagar menos de $ 4,2 mil millones. En paralelo, una segunda empresa conjunta denominado Boeing Embraer - Defense, esta vez controlado al 51% por Embraer, debería permitir a Boeing comercializar el avión de transporte militar brasileño C-390 Millennium.
Sin embargo, el 25 de abril el acuerdo se derrumba repentinamente. Boeing anuncia que no tiene la intención de hacer un seguimiento de la empresa conjunta con Embraer, cada fabricante de aviones transfiere la responsabilidad del fracaso al otro. Durante varios días, la situación resulta ser incierta, y la especulación aumenta para explicar la reversión de Boeing, que ha acumulado decepciones desde finales de 2018 y el accidente del vuelo 610 de Lion Air.
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