El sábado 21 de marzo, los sistemas de vigilancia de Corea del Sur y Japón detectaron dos disparos consecutivos de misiles balísticos desde Corea del Norte. Las armas volaron más de 450 km y alcanzaron un pico a 50 km antes de estrellarse en el Mar de Japón. Este es el tercer ensayo de este tipo desde principios de marzo, incluso cuando Corea del Sur intenta salir, al parecer con éxito, de la epidemia de coronavirus que la había afectado con fuerza mediados de febrero.
Si estos disparos desencadenaron protestas oficiales de las capitales regionales, así como de Washington, parece que tenían más objetivos de política interna que de política exterior, no habiendo Pyongyang acompañada a estas pruebas de ninguna demanda clara, como en su hábito. Además, este sábado, parece que el líder norcoreano Kim Jung Un participó en un gran ejercicio de artillería militar, posiblemente explicando los disparos. Dado que Corea del Norte no publica información nacional en el escenario internacional, no se sabe si el brote de coronavirus ha afectado al país o no, pero los vínculos entre Pyongyang y Beijing tienden a creer que podría ser posible. Por tanto, es probable que el régimen afirme sobre todo su autoridad sobre su propia población mediante estas pruebas, para disuadir cualquier inclinación a la protesta.
Queda por leer el 75% de este artículo,
¡Suscríbete para acceder a él!
En las Suscripciones clásicas proporcionar acceso a
artículos en su versión completa, y sin publicidad,
desde 6,90 €.
Suscripción al boletín
Regístrese para el Boletín de metadefensa para recibir el
últimos artículos de moda diario o semanal