Rusia ha tenido durante muchos años un notable liderazgo en el campo de la óptica y los láseres sobre Occidente, como lo demuestra el Premio Nobel de Física concedido a Alexander Prokhorov y Nikolai Basov en 1964 por sus investigaciones que llevaron al descubrimiento del láser. Hoy en día, esta escuela de electroóptica rusa sigue siendo preeminente, con numerosas aplicaciones en La Défense, como el sistema Perevest que ya estaría en servicio, los IRST altamente eficientes que equipan los Su30, Su35 y Su57, o investigaciones más sorprendentes, como el sistema Felin destinado a crear ilusiones sensoriales que equipa la nueva fragata proyecto 22350 Adm. Gorshkov.
Pero el área que más energía concentra en la Fundación de Investigación Avanzada de Moscú, dependiente del Ministerio de Defensa, es sin duda el radar fotónico, o radar Electrofotónico. Estos radares sustituyen la generación de frecuencias electromagnéticas por un sistema óptico, permitiendo comparar con gran precisión la señal inicial y la señal recibida por la antena, hasta el punto de poder determinar sus contornos y, por tanto, identificar el objetivo. Estos radares también serían hasta dos veces más pequeños y tres veces más ligeros que los radares actuales, y funcionarían muy bien con las antenas activas AESA que se utilizan actualmente. Sobre todo, ofrecerían un rango de frecuencia mucho más amplio, una mayor resistencia a las interferencias y cierta inmunidad a las tecnologías furtivas. En otras palabras, el radar fotónico representa el Santo Grial de las tecnologías de radar, y son los rusos quienes más están invirtiendo en esta dirección.
De acuerdo con el sitio web Armyrecognition.com, esta tecnología ya se encuentra en fase de pruebas de campo, ya que los ingenieros rusos lograron seguir con precisión la trayectoria de un pequeño dron y anunciaron que dentro de "unos años", esta tecnología equipará aviones de nueva generación y vehículos terrestres, navales y aéreos. radares de las fuerzas armadas rusas. Obviamente, ponlo de esta manera...
Sin embargo, no debemos anticipar demasiado la entrada en servicio de esta tecnología de radar, como tampoco radares cuánticos por otro lado. De hecho, si en teoría este modelo permitiría detectar objetivos más allá de los 500 km, en realidad, las altísimas frecuencias utilizadas hoy por los prototipos reducen considerablemente el alcance efectivo del dispositivo. Así, más allá de un determinado umbral, las altas frecuencias se vuelven muy sensibles a la humedad del aire y disipan una parte importante de su potencia, reduciendo el alcance a unos pocos kilómetros. Por lo tanto, todavía quedan pasos tecnológicos decisivos antes de que estos radares entren en servicio.
Hay que señalar también que dos países occidentales prosiguen los trabajos avanzados en este campo, Estados Unidos con los programas LaDI, LaDAR y DAHI de DARPA, e Italia, con el programa PHODIR, que ha demostrado una eficacia real para la detección primaria de aeronaves.