El destino del dron de combate franco-británico parece comprometido

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En una entrevista concedida al semanario "Le Point", la ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, anunció que los británicos habían cambiado de posición respecto al proyecto de drones furtivos que se desarrollaría en colaboración con Francia. Así, los británicos parecen estar avanzando hacia un dron de reconocimiento, y no un dron de combate, como se definió inicialmente el proyecto. De hecho, el proyecto evolucionará hacia el diseño común de bloques de construcción elementales que puedan ser utilizados por el proyecto británico y el proyecto francés, y ya no hacia un dron común a los dos países.

El proyecto de drones de combate furtivos, iniciado por los acuerdos de Lancaster House, sirvió de marco para el diseño de dos demostradores, el Taranis del lado británico y el Neuron del lado francés, que reunió a otros cinco países europeos (Grecia, Italia , Suiza, Suecia y España). Fue suspendido por las autoridades británicas durante un año tras la votación a favor del Brexit, antes de ser relanzado hace dos meses. El anuncio del Ministro de las Fuerzas Armadas supone, por tanto, una evidente decepción por parte francesa, que se esfuerza por mantener estrechos vínculos entre el Reino Unido y la UE en el marco de la construcción de la Europa de la Defensa.

Si este anuncio es una decepción, no es una sorpresa. De hecho, el Reino Unido se ha convertido en el eje de la estrategia europea respecto al F-35, posición reforzada por la victoria electoral de partidos hostiles al proyecto en Italia.

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Mientras que hace apenas unos meses se alzaban muchas voces en todo el Canal de la Mancha sobre los excesivos costes del programa F-35, hoy parece que tanto la RAF como el gobierno británico están actuando como poderosos representantes de ventas del caza estadounidense.

En estas condiciones, el diseño de un dron de combate furtivo, un dron destinado a entrar primero en una zona fuertemente defendida para eliminar los medios de detección del enemigo y las defensas antiaéreas, parece ser un ataque a la promesa al cliente del F-35, que es basándose precisamente en esta capacidad. 

Por el contrario, para Francia, el desarrollo de un dron de combate es un imperativo operativo, con un calendario corto, ya que debe entrar en servicio en 2030. De hecho, un dron de este tipo permitirá RafaleLos franceses deben mantener esta capacidad esencial de entrar primero, incluso frente a redes de defensa antiaérea muy avanzadas, como el próximo S500 ruso.

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Cabe señalar que el diseño de los drones de combate difiere del de los aviones de combate furtivos de primera generación, como el F22 o el F35, lo que los hace más difíciles de detectar, especialmente mediante radares en la banda VHF o UHF. Sin embargo, se espera que estos radares se utilicen cada vez más en los próximos años, lo que hará que el sigilo de estos aviones sea cada vez menos eficaz.

Por otra parte, si Alemania confirma su decisión de sustituir sus Tornados por Typhoon, es probable que se una al programa francés, afrontando las mismas necesidades. De hecho, es probable que el dron de combate se integre en el programa FCAS franco-alemán. Al final, el proyecto franco-británico FCAS, que tenía como objetivo crear un dron de combate furtivo y luego un avión de combate de nueva generación, habrá evolucionado hasta convertirse en el programa franco-alemán FCAS, con exactamente el mismo alcance...

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